La perspectiva Invertida, revisión de la perspectiva del Quatrocentto


Tras leer el texto de Geertz recordé un libro que leí hace años que se llama La perspectiva Invertida, de Pavel Florensky, editado por Siruela.
Me hizo gracia ver como los conceptos culturales sobre los que se sustentaba la pintura quatrocenttista enunciados por Geertz eran, en especial los relativos a la noción de perspectiva y sus implicaciones, manipulados por este autor para barrer para casa.

Es importante señalar que el autor fue profesor del VKhUTEMAS o Talleres Superiores Artísticos y Técnicos del Estado, un instrumento de la utopía política del régimen soviético cuyo objetivo era la formación de un nuevo trabajador al servicio del estado comunista, promoviendo un nuevo modelo pedagógico que sustituyera al viejo sistema académico de enseñanza artística. Además era miembro de un comité para la conservación del patrimonio artístico de su país  y pertenecía a un grupo que promovía la recuperación de la tradición autóctona.


El texto era un alegato en defensa de un tipo de arte, en este caso el de los iconos rusos, y su estrategia para justificar de este tipo de arte se basaba en una constante crítica y anulación del arte hasta entonces imperante, que Florenski identificaba como el arte académico, que asociaba a la perspectiva geométrica.

El texto comienza con una defensa de la pintura de los iconos rusos de los siglos XIV y XV especialmente, en la que la afirmación mas interesante viene a decir que si en estas obras las transgresiones perspectivas son tan sistemáticas, quizás no se deban a la causa siempre considerada, es decir, la ignorancia de las leyes del dibujo, y por el contrario, sean actos conscientes e intencionados estas infracciones.

Defiende que este tipo de pintura refleja la realidad con un sistema especial de representación y percepción que les es propio, al que denomina perspectiva invertida o conversa, afirmando que en estas pinturas prima una concepción del objeto basada en una búsqueda de líneas de fuerza o tensión, una especie de representación del objeto en potencia, evidenciando una clara tendencia a una comprensión metafísica del arte.

Tras este manifiesto comienza su intento de rebatir la idea de que la perspectiva geométrica sea la única manera verosímil de representar la realidad, cuestionando el sentido y la legitimidad del uso de esta perspectiva; de hecho, su objetivo último es demostrar la artificialidad de ésta, concluyendo que esta forma de representación es simplemente una de las maneras de ver el mundo, nacida de unos valores que él asocia con el antropocentrismo humanista e ilustrado, iniciado en el Renacimiento y eje vertebrador de la cultura occidental desde ese momento. 

A mí me resultó muy interesante por la manipulación  tan inteligente del tema y cómo ese ambiente pudo influir en la formación y desarrollo artístico de los artistas constructivistas.
 






¿el fin del arte?

Entre muchas otras citas dignas de ser comentadas en este análisis, la siguiente me parece fundamental en el planteamiento que el autor propone sobre el arte.

"El mundo del arte parece haber perdido actualmente toda dirección
histórica, y cabe preguntarse si se trata de un fenómeno temporal y el arte retomará el camino de la historia, o si esta condición desestructurada es su futuro: una especie de entropía cultural".


Así afirma que la introducción de la expresión del artista en la obra elimina la posibilidad de entender el arte como una evolución progresiva, al no existir una tecnología mediadora de la expresión que pueda "progresar".Y cito:


Sólo podemos plantearnos que el arte tiene una historia que responde al modelo progresivo si concebimos el arte como representación; si, por el contrario, lo concebimos como mera expresión, o como la comunicación de sentimientos, entonces no tendremos una historia ese tipo, y no tendrá sentido plantearse la cuestión del fin del arte.

Para finalizar con la panacea: la teoria hegeliana que supone la existencia de una continuidad histórica, e incluso una forma de progreso, en el sentido cognitivo hasta llegar a «el advenimiento del Conocimiento Absoluto»,tras el cual el arte muere.  

El texto me ha resultado especialmente interesante al intentar abordarlo desde una perspectiva posmoderna, así que, entre otras cosas, vamos a ser escépticos.Veamos:

Este hombre ante el contexto artístico me sugiere un posicionamiento en el que:
  • o no llega a comprender  la condición del arte actual y la historia como una entropía, obsesionándose por la linealidad o progreso de la historia, aunque lo refrende con la teoría del auto-conocimiento y la auto-comprensión.
  • o, y opto más por esta segunda opción, ha visto un filón en la polémica de la cuestión sobre la muerte del arte, y estructurando un análisis sobre la historia del arte con Hegel como mentor,bastante  estimulante dicho de paso, va a armarse de argumentos para aseverar que el estadio histórico del arte finaliza cuando se sabe lo que es el arte y lo que significa.  Momento que ya ha llegado.

En general resulta un texto bastante constructivo, me gusta la polémica que plantea, aunque a mí lo de que ya sabemos lo que es al arte y lo que significa me parece una noción poco trabajada con la que juega a asustarnos.Sus coqueteos con la idea de progreso y autonomía del arte, entre otras modernas nociones, me hacen sospechar sobre su construcción teórica, aún así te hace plantearte tu visión respecto al tema, que ya de por sí es loable.
No se cuestiona mucho el tema del significado actual de la multiplicidad de visiones, que a mi modo de ver es imprescindible para valorar el tema del arte actual. 

La mirada lo cambia todo.



unidad didáctica MINI yo/Maxi todos



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